Hace unos meses, aprovechando el puente de Cartagineses y Romanos en Cartagena, estuvimos buscando una escapada y se presentó ante nosotros la posibilidad de ir a Marsella. Había oído muchas cosas sobre esta ciudad, y la verdad que tengo que reconocer que las expectativas sobre ella no eran muy altas. Aun así, como todo lo que quiero hacer en esta vida es conocer el mundo entero, cualquier ciudad es válida para visitarla, y decidimos reservar el viaje.
El vuelo lo cogimos con Ryanair, a un precio estupendo.
El hotel que seleccionamos para esta ocasión fue Le Huitieme. Lo elegimos porque estaba cerca de una parada de metro, y porque es lo más barato que encontramos, ya que no nos pudimos conseguir Couchsurfing. La habitación era con baño compartido, pero todo estaba muy limpio. Cerca hay un supermercado y algunos restaurantes. El precio que pagamos fueron 89 euros por dos noches las dos personas.
Cogimos nuestro vuelo puntual a las 18:45 el viernes 28 de Septiembre, y a las 20:35 estábamos aterrizando en el aeropuerto de Marsella. Desde aquí hay que coger un bus para ir hasta el centro de la ciudad, así que nos fuimos en dirección a las paradas de autobuses para buscar el que nos llevase a las estación central de trenes.
Allí mismo encontraréis, frente a la parada, la taquilla de venta de billetes, aunque también podéis visitar su página web navettemarseilleaeroport.com. El coste del billete adulto ida y vuelta es de 12,80 euros, y el de jóvenes menores de 25 años 5,60 euros el trayecto. El recorrido dura una media hora, y te deja en la estación de trenes Saint Charles de Marsella.
Una vez en la estación, cogimos la linea 2 de metro hasta la parada Rond-Point du Prado, donde a 5 minutos andando se encuentra el hotel.
Era ya tarde, así que cogimos un bocadillo y una bebida en el restaurante de al lado y lo cenamos en el hall del hotel aprovechando a llamar a nuestra familia a través del wifi.
Nos levantamos sobre las 8 de la mañana, y por suerte la lluvia nos dio tregua, ya que la predicción daba tormenta.
Nuestro primer objetivo era ir hasta Notre Dame de la Garde. Esta iglesia se ubica en lo alto de una colina, y desde allí se obtiene una de las mejores panorámicas de Marsella. Normalmente la gente sube hasta allí en autobus, pero nosotros que íbamos en plan low cost, decidimos hacerlo andando.
La ventaja de ir a pie, es que por el camino, pudimos ir disfrutando de las calles marsellesas, de sus casas con sus preciosos balcones y de sus deliciosas boulangeries, donde probamos los mejores croissants de nuestra vida.
Tras 30 minutos de caminata cuesta arriba, empezamos a divisar nuestro destino.
Al llegar había turistas, pero nada lo bastante exagerado como para no disfrutar de las vistas y hacernos unas cuantas fotos.
Accedimos al interior de la iglesia. Nos gustó mucho la luz que había en su interior, y los preciosos mosaicos del suelo.
Una vez fuera, decidimos continuar nuestro camino. Descendimos la colina hasta llegar a Quai Rive Neuve. Por el camino encontramos la Boulangerie mas antigua de Marsella, Four des Navettes.
Desde aquí, el acceso al puerto está muy cerca. Alí estuvimos haciendo fotos, aunque las mejores panorámicas del puerto con Notre Dame de la Garde de fondo, las obtendríamos desde la otra orilla.
El tiempo se empezó a nublar, pero mientras no lloviese no había problema. No podíamos imaginar la que apenas una hora después iba a caer.
Caminando por Quai Rive Neuve, encontramos la primera de las tantas tiendas de jabones de Marsella que hay en la ciudad. Entramos e hicimos las compras de regalitos y souvenirs.
Llegamos al final de la calle, y encontramos las taquillas y el barco que van a la isla de If. A pesar de ver que el tiempo iba empeorando, decidimos coger nuestros billetes de barco. La empresa que lo gestiona es Frioul If Express. Podéis visitar su página frioul-if-express.com. El precio del recorrido ida y vuelta hasta If es de 10,10 euros.
Como el barco no salía hasta las 12:40 y eran las 12:10, decidimos comer algo en el McDonalds que hay justo en frente y esperar allí a que fuese la hora.
Con nuestro estómago lleno, nos fuimos hacia el barco, y puntual estábamos saliendo por el puerto de Marsella. El tiempo cada vez se estropeaba más, hasta que a mitad de camino empezó a llover.
Llegamos a nuestra parada, y accedimos al castillo, previo pago de 5,50 euros para adultos, y gratuito para ciudadanos de la UE menores de 25 años. Así que nosotros solo pagamos una entrada para un adulto.
Mientras esperábamos la pequeña cola en la taquilla, la lluvia se hizo diluvio. Hacía tiempo que no veíamos llover de esa manera.
En el interior del castillo estuvimos visitando las diferentes salas que había y las exposiciones que allí tenían sobre el Conde de Montecristo. Es una visita muy entretenida, y que si tenéis oportunidad de hacer es muy recomendable.
Una vez finalizada nuestra visita, estuvimos esperando y controlando la hora a la que pasaba el barco, ya que seguía diluviando y en la parada no había donde resguardarse. Al barco llegamos por los pelos, y empapados hasta los ojos.
Dejamos atras el Castillo de If y regresamos a Marsella, donde al bajar del barco, empezó a salir el sol y los nubarrones fueron desapareciendo.
En el barco nos habíamos planteado que al llegar nos acercaríamos al hotel a cambiarnos, pero cuando vimos el sol, decidimos que pasábamos de ir al hotel, y que ya nos secaríamos mientras caminábamos por la ciudad.
Y eso fue lo que hicimos, ir caminando hasta la catedral de Marsella, más conocida como la basílica de Santa María la Mayor.
Por el camino disfrutamos de callejear por Marsella.
Volvimos hacia el centro, disfrutando de una de las mejores vistas, junto a la de Notre Dame de la Garde, de toda Marsella. El puerto con la iglesia de fondo en lo alto de la colina.
La zona del puerto, que está más cerca del centro, está toda en obras, y afea bastante la imagen de la ciudad. Desde allí fuimos por la Rue de la République, que estaba llena de tiendas y abarrotada de gente. Es una calle muy animada.
Para finalizar el día, volvimos poco a poco hacia el hotel, disfrutando de la otra parte de la ciudad, de lo menos turístico. Compramos provisiones en el supermercado que hay enfrente del hotel y cenamos en la misma habitación.
30 de Septiembre de 2012.
Nos despertamos temprano, sabíamos que ese día no disponíamos de mucho tiempo ya que nuestro vuelo salía a las 13:40.
Nuestro objetivo para el día de hoy era visitar el mercado de pescado que ponen por las mañanas en el puerto.
Recogimos nuestras cosas, hicimos el check out, y nos fuimos caminando por la Avenida Du Prado hasta el viejo puerto.
Una vez en el puerto, el mercado al aire libre es todo un espectáculo. Si venís a Marsella no os lo podéis perder.
La hora de regresar a casa se acercaba, así que fuimos a la estación donde cogimos nuestro autobus, y una vez en el aeropuerto hicimos lo de siempre, pasar los controles, esperar, embarcar, volar...y vuelta a casa.
Para nosotros Marsella ha sido una ciudad, que aunque no la puedo catalogar dentro de mis ciudades favoritas, sí merece una visita. Desde España podemos encontrar vuelos a buen precio, y para desconectar un fin de semana y salir de la rutina merece mucho la pena.
Babysapito.
2 comentarios:
Qué mala suerte con el tiempo, siempre es un fastidio que llueva en los viajes. Nosotros no llegamos a visitar el castillo de If porque por la mañana hicimos un recorrido en barco por las calanques (precioso!) pero el mar estaba tan agitado que me maree bastante y se me quitaron las ganas de coger de nuevo el barco por la tarde. Al día siguientes también nos llovió así que lo descartamos. Ya tenemos excusa por volver... ;-)
Un abrazo!
Marsella tiene mala fama pero vuestras fotos muestran una ciudad preciosa, habrá que animarse. Una estrada muy completa, felicidades!! Un beso guapa!
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